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13/9/12

UN NUEVO IMPERIO EN EUROPA (III): ASCENSO DE CARLOMAGNO

Los hijos de Carlos Martel, Carlomán y Pipino III, se enfrentaron después de la muerte de aquel con levantamientos contra su autoridad en Aquitania, Alamania y Baviera, por lo que consideraron prudente entronizar a otro rey merovingio, Childerico III, en el 743.  No fue hasta unos años más tarde que Pipino III, después de que Carlomán se consagrase a la vida monástica, buscó la autoridad papal para deponer a Childerico y convertirse en rey en el 751. Después de ser elegido por el pueblo, fue ungido rey por Bonifacio, obispo de Alemania.  El primer estadio del avance carolingio había terminado.
El poder carolingio hizo después rápidos avances.  El papa Esteban II visitó a Pipino y le suplicó que interviniese en Italia (754). Para corresponder a una perdurable alianza con los francos, el papa en persona volvió a ungir al rey y a sus dos hijos en Saint Denis, confirmando con ello que Dios había designado a la raza carolingia como reina de los francos, de la misma manera que Samuel había ungido a lo primeros reyes de Israel. Aquel mismo verano Pipino cruzó los Alpes y obligó al rey de los longobardos a restituir al "imperio" las tierras imperiales del Exarcado y de Penrápolis.  Pipino, al recibirlas, las cedió al papa.  Dos años más tarde se vio obligado a retornarlas para mantener al rey fiel a sus promesas, si bien no demostró ningún interés en ampliar el dominio papa en la Italia central para complacer al pontífice.  En lugar de ello, se lanzó a la conquista de Aquitania, tomó Narbona en el 759, convirtiéndose en protector de los godos y volviéndose después hacia Aquitania desde el norte.  Tras una serie de campañas sucesivas Pipino se convirtió en único dueño de todo el territorio, desde el oeste del Loira hasta el Atlántico y por el sur hasta el Mediterráneo, antes de que le sorprendiera la muerte en el 768.
A su muerte su gran imperio quedó dividido entre sus dos hijos y las malas relaciones existentes entre ellos habrían podido comprometer el futuro de los francos de no haber muerto el más joven en el 771 dejando a Carlos el Grande, Carlomagno, como único señor.  Su reinado, que duró más de 45 años, lo convirtió en el más famoso de todos los reyes medievales.  Organizó alrededor de sesenta expediciones militares, la mitad de las cuales fueron dirigidas personalmente por él, lo que puede dar una idea de su energía y del número de problemas que se vio obligado a resolver.  Como Aquitania ya había sido conquistada por su padre, su principal preocupación se centró en los sajones, con los que los francos habían estado luchando durante más de dos siglos.  Carlomagno puso fin a aquellas guerras, aunque no sin grandes esfuerzos, salvajes carnicerías y reveses políticos.  Sus brutales métodos fracasaron en su intento de subyugar a los sajones a la obediencia cristiana y hasta el 803 Carlomagno no estuvo en condiciones de proclamar una pacificación general.

Para saber más puedes leer:

HISTORIA MEDIEVAL DE LAS ESPAÑAS I aquí

HISTORIA MEDIEVAL DE LAS ESPAÑAS II aquí

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