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19/9/12

LOS REINOS BÁRBAROS EN INGLATERRA (III)

Esos pequeños reinos se encontraban enfrentados entre sí con tanta frecuencia como con los propios británicos, situados al oeste.  No hubo un ataque continuado contra los británicos hasta que los tres reinos ingleses más poderosos -Northumbria, Mercia y Wessex-, que a su vez fueron los dominantes durante el siglo VII, ampliaron las ambiciones militares y colonizadoras inglesas de una a otra orilla.  Este hecho forzó inevitablemente a los pueblos extranjeros del oeste a trasladarse a las extremidades de la isla.  La rivalidad por la hegemonía entre los tres grandes reinos no disminuyó, si bien Northumbria, muy interesada en avanzar hacia el norte dejó solos a los dos reinos meridionales.  Ya en el siglo VII, el reino medio, Mercia, aspiraba a dominar a todos los ingleses.  Incluso el reino de Wessex, que se extendía hacia el sur de Inglaterra buscando la oportunidad de una mayor expansión en dirección a Devon y Cornualles, fue incapaz de resistir el envite de los mercios, en el siglo VIII, a cargo de Ethelbald y Offa, aun cuando durante un breve tiempo Egbert de Wessex conquistó Inglaterra hasta el Humber.  Las luchas por el poder siguieron siendo políticamente significativas, mientras que el cargo para el ejercicio de la autoridad desempeñado por un gobernante sobre todos los ingleses, el Bretwalda (gobernante de Britania), constituía una distinción personal que no se transmitía a su estirpe, a diferencia de la realeza, sino que era preciso luchar para conseguirla. Por tradición, la autoridad del Bretwalda, la única reminiscencia sentimental de la Brtiania romana conservada por los ingleses, había sido ejercida primeramente por los reyes ingleses desde finales del siglo VI y resulta significativo que en este estadio no encontraran una palabra, como "inglés", capaz de transmitir estas cualidades comunes.

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