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11/4/14

LA DISOLUCIÓN Y DESPLAZAMIENTO DE ROMA AL NORTE DE EUROPA

Donde se hace más evidente la capacidad que mostraron las poblaciones del imperio para conservar su antigua cultura pese a las invasiones bárbaras es en cuestiones de religión y de lengua, ya que sólo en el caso de Britania toda una provincia del imperio acabó siendo dominada por gentes de habla germánica.  En cambio, el gran avance germano a través del Rin después del 406 llevó la frontera de la lengua alemana a no más de cien kilómetros en dirección oeste, y aquellos germanos que se aventuraron más lejos acabaron por ser absorbidos lingüísticamente por la población local.  De los germanos cuyo principal propósito después del 406 consistía en establecerse en grandes contingentes dentro del imperio, aunque no bajo protección romana, manteniendo su influencia sobre el bando germano y viviendo bajo el mando de sus propios líderes, el grupo más importante era el de los alamanes, nombre que indica un grupo mixto de pueblos -y delque algunas lenguas han tomado la palabra para indicar a los actuales alemanes-. Se daban a sí mismos el nombre de suabos y durante siglos hubo que poner coto a sus presiones en dirección suroeste, como demuestra el desplazamiento gradual de la frontera lingüística.  No eran simplemente agricultores pacíficos ni colonos, ya que su fuerza se apoyaba en una formidable caballería armada con largas espadas de doble filo, pero se tienen escasos testimonios de los estadios por los que pasó su avance.  Aecio empleó a los burgundios, pueblo más dócil, para luchar contra ellos, pero después de su muerte en el 454 consolidaron su dominio en el Palatinado y en Alsacia, al otro lado del Rin.  La expansión hacia el norte prosiguió a continuación contra los gobernantes francos de Colonia y el merovingio Clodoveo.  Los merovingios expulsaron al rey alamán y extendieron un protectorado sobre la zona noroeste del territorio.  La principal trayectoria de su colonización se dirigía ahora hacia el sur, donde anteriormente a habían realizado incursiones en el Franco Condado.  Después del 500 se establecieron en el sur del Rin y también avanzaron hasta Retia con el consentimiento de Teodorico, que estaba en Italia, ya que la población romana había retrocedido para refugiarse en las montañas.  En el siglo VI consolidaron su dominio, por lo que en el 610 ya estuvieron en condiciones de ocupar la Suiza central y de contrarrestar la oposición franca que encontraron.  Tan sólo a partir de este momento se mostraron susceptibles a las presiones para convertirse al cristianismo.  La sede de Constanza, fundada alrededor del 590, sirvió de base de una operación en la que los misioneros irlandeses de la escuela de Columbanus tuvieron la primacía.  Así pues, los alamanes son comparables a los anglosajones en lo que se refiere a la colonización en tierras romanas durante mucho tiempo sin tener que establecer ningún compromiso serio con Roma.
Más al norte, en las tierras del bajo Rin, los francos también iban desalojando a los habitantes romanos, pero la consolidación de un poder franco, primero con base en Tournai y después en Soissons, significaba que los gobernantes de estos pueblos francos tenían en cuenta la presencia romana, como se demuestra por el hecho de que fueron los primeros bárbaros paganos que aceptaron la cristiandad católica.  Sin embargo, en otros aspectos, los francos de Chilperico y Clodoveo, que se convirtieron en el brazo armado de las poblaciones galorromanas del norte, puede decirse que imitaron a los burgundios, que ya habían desempeñado este papel después del 456.  Estos ejércitos, como las fuerzas "romanas" que reemplazaron, representaban de hecho lo que quedaba de la autoridad imperial y, dado que desde el siglo III los ejércitos romanos se habían nutrido principalmente de contingentes de los pueblos bárbaros, hacer hincapié en el contraste entre los dos podría desvirtuar las semejanzas.  Sin embargo, si un general romano como Estilicón era vándalo, su ejército era heterogéneo. No eran sus gentes ni sus fuerzas las que él capitaneaba, mientras los líderes bárbaros que buscaban ocupar sus tropas con el emperador podían contar con la lealtad de sus fuerzas de una manera totalmente imposible para el emperador.  Así pues, la diferencia entre un ejército romano reclutado entre los germanos y un ejército bárbaro con mandato imperial era extraordinaria.  Hasta la segunda mitad del siglo V, incluso en occidente, los ejércitos romanos habían conservado su coherencia.