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28/9/12

LOS VIKINGOS (III)

La resistencia opuesta por el propio imperio puso freno a la capacidad de los líderes rusos de rebelarse sin traba alguna y es indudable que contribuyó a que organizaran la extensa zona que tenían a su disposición.  Cierto es que, cuando los suecos irrumpieron en la red del río nórdico y la entroncaron con el Báltico ya debían de existir unos vínculos comerciales a través del río con el sur, particularmente Volga abajo, a lo largo del territorio de los Jazars y al otro lado del mar Caspio para el contacto con Bagdad, pero también Dnieper abajo hasta el Mar Negro. La facilidad de los pueblos bálticos en el medio acuático les permitió explotar rápidamente el sistema existente.  Los musulmanes habían penetrado en los bosques nórdicos para aprovisionarse de esclavos, pieles, cera y miel, y tanto las poblaciones de eslavos que vivían en los bosques como entre los jazars se habían ido constituyendo depósitos con fines comerciales.  Los jazars establecieron un estado en la parte inferior del Volga alrededor del 700, que un siglo más tarde se convirtió al judaísmo.  Pero los eslavos a lo largo del Dnieper es probable que estuvieran mal organizados políticamente en el momento de llegar los nórdicos.  La agricultura se practicaba muy poco y las ciudades que había eran básicamente focos comerciales fortificados.  En el momento de llegar los nórdicos seguramente tomaron rápidamente el mando, ya fuera a petición de los que necesitaban sus servicios militares, ya fuera porque ellos mismos se impusieron.  Los que capitanearon el asalto a Constantinopla desde Kiev en el 860 eran nórdicos y no tuvieron que pasar muchos años para que el mando de la ciudad pasara a Oleg de Novgorod, quien unificó todas las ciudades del sistema fluvial Volhod-Lovat-Dnieper.  Así fue cómo los nórdicos establecieron su comunidad política más permanente fuera de Escandinavia.  Los descendientes de Oleg, los Rurikovitch, gobernaron en Rusia durante siglos.  Sin embargo, a mediados del siglo  sus nombres ya eran eslavos, puesto que fueron asimilados por la densa población local.  Antes de ocupar Bulgaria y de convertirse al cristianismo había atacado y destruido a los jazars, sus rivales comerciales del sur.  Sin embargo, hasta la importación de la cultura griega no se comienzan a tener datos fiables de sus actividades.  Como era inevitable, en aquella época sus hazañas más osadas ya habían tocado a su fin. Como pueblos establecidos y organizados, con un obispo metropolitano propio en Kiev (a partir de 1037), la primera ciudad rusa, tenían que habérselas constantemente con los amenazadores Petchenegs, que se aprovechaban de los vínculos rusos con Constantinopla.  Hasta el 1091 no fueron aplastados por el emperador de oriente.   Con todo, desde 1055, las ciudades de la órbita de Kiev sufrieron las acometidas de enemigos exteriores y las rivalidades internas, que impidieron sus prosperidad en una época en que los europeos occidentales volvían a encontrar los caminos del Mediterráneo.
El mismo mundo báltico se doblegó a los efectos de la monarquía cristiana, a la extinción de la iniciativa vikinga y al cese de aquellas incursiones que habían esclavizado a los hombres enviándolos a los mercados de oriente a través de las aguas rusas.  La era de la superioridad nórdica sin rivales había tocado a su fin.  La historia había cambiado de rumbo y los bárbaros de Europa se habían convertido al cristianismo o se habían dispersado, por lo que la Europa cristiana ya podía embarcarse en otras empresas.  Los propios rusos no se habían librado de los efectos de la última migración de pueblos a través de Asia, la de los mongoles, pero en lo que al resto de Europa se refería, las migraciones de pueblos, que habían causado tantos problemas durante seis siglos, habían llegado finalmente a su punto final.

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