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27/9/12

INGLATERRA, EL IMPERIO CAROLINGIO Y EL EMPUJE DEL NORTE (III)

Es indudable que la lenta y poco espectacular colonización del país a través de generaciones sucesivas de pobladores desde el período inicial de la invasión, que en los tiempos del Domesday Boo (1086) había ampliado el afincamiento a sus límites practicables y económicos teniendo en cuenta el período, proporcionó el masivo soporte para esa poderosa monarquia en todo el país, aunque sin las invasiones danesas del siglo IX no es probable que se hubiera producido la unificación con tanta rapidez y menos aún desde el sur que desde Mercia. Por otra parte, los reyes de Wessex, que en el siglo IX habían observado tan atentamente las actividades de los nórdicos al otro lado del Canal de la Mancha en tierras carolingias, tenían que mostrarse forzosamente recelosos con respecto a las simpatías políticas de los normandos al reanudarse las incursiones danesas.  En el sur de Inglaterra nadie se hacía ilusión de que el Canal de la Mancha pudiera hacer las veces de frontera y esta preocupación por el libre acceso a través de las aguas del canal siguió siendo un elemento importante de la política real por espacio de siglos.  La Historia eclesiástica de Beda, escrita en el norte, es al período de la conversión lo que la Crónica anglosajona, iniciada en Wessex, es a la gran época de la monarquía del siglo X.  Una y otra fuente destacan la unidad básica de los pueblos ingleses al tiempo que consignan, como de paso, lo difícil que fue conseguir la plasmación en realidad de las instituciones.  A su manera, sus escritores monásticos participaron en a labor de preparar a los diferentes pueblos del país a vivir como una nación tanto a nivel eclesiástico como secular.

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