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24/9/12

LOS REINOS BÁRBAROS EN INGLATERRA (IV)

La conversión de los pueblos ingleses al cristianismo durante la primera mitad del siglo VII supuso el primer estadio de la creación del pueblo inglés, según refiere Beda, cronista de sus hechos.  Sin embargo, para los contemporáneos, las luchas militares que sostuvieron mutuamente probablemente absorbieron más su atención que lo que apunta el monje cronista.  De todos modos, las luchas que sostuvieron los reyes ingleses parece que no obstaculizaron demasiado las misiones cristianas. El número de los reyes que, junto con sus respectivos pueblos, había que conquistar hacía que la conversión resultara más compleja que en la Galia o España, si bien conviene no olvidar la ventajas de contar con varias bases que permitieran actuar desde ella.  Los reinos más importantes se convirtieron en un breve espacio de tiempo: Kent durante la misión romana inicial (desde el 597 en adelante); Northumbria en dos fases, primero por obra del obispo romano Paulinus (626) y después por monjes de Iona (desde 635 en adelante).  Más o menos en la misma época se estableció un obispo en East Anglia, mientras que los sajones del valle del Támesis tenían un obispo en Dorchester en el 630, aun cuando otro asentado en Winchester antes del 664 convirtió esta localidad en sede permanente del obispo de Wessex.  Según el historiador de Northumbria, Beda, el rey más hostil al cristianismo fue Penda de Mercia (632-655 aprox.), pero incluso antes de su muerte fue bautizado su hijo Peada, con lo que el subreino de los anglos medios quedó abierto a los cristianos de Northumbria.  La misión envió también un destacamento encargado de reavivar una iglesia débilmente establecida mucho antes entre los sajones orientales.  Después del sínodo de Whitby (664), el nuevo arzobispo de Canterbury, Theodore de Tarsus (660-690), organizó la administración de la iglesia inglesa.  Había obispados en Whithorn, Abercorn, Lindisfarne, Hexham, Ripon, York, Lichfield, Leicester, Dunwich, North Elmnham, Winchester, Worcester, Heredford y Londres.  Algunos tuvieron corta vida y todos habían sido fundados para servir a unas particulares "tribus" y nada tenían que ver con las estructura diocesanas de la Galia o España.  En aquella época los sajones del sur seguían siendo paganos y sólo entre 681 y 685 Wilfrid fijó para ellos una sede el Selsey.  Pese a ello, al cabo de un siglo de la misión agustina los ingleses habían admitido el cristianismo en todos sus reinos.  El paganismo, pese a no estar eliminado, hacía mucho tiempo que se había demostrado incapaz de resistir las persistentes presiones cristianas.

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