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25/9/12

LOS REINOS BÁRBAROS EN INGLATERRA (VI)

En el siglo VIII, el predominio mercio sobre los ingleses, si no continuo, por lo menos fue bastante persistente.  Offa de Mercia (rey 758-796) llegó incluso a ser nombrado Rex Anglorum en el 774, y trató a Carlomagno en un mismo pie de igualdad.  Ambos gobernantes protegieron los intereses comerciales de sus respectivos pueblos en sus mutuas relaciones y es evidente que esperaban beneficiarse recíprocamente del comercio entre los dos países.  Los peniques de plata acuñados en el sur de Inglaterra después del 775 fueron un resultado de la reforma de las acuñaciones francas aproximadamente del 755, de la misma manera que los ingleses habían usado, y más tarde imitado, las monedas merovingias de finales del siglo VII.  Inglaterra podía conservar su independencia política, pero formaba parte integrante de la vida económica del norte de Europa, al igual que de las esferas culturales y religiosas.  Durante los siglos VII y VIII los ingleses aparecieron en los asuntos europeos como personajes de rango superior, pese a que su unidad política era mucho más precaria que la de los francos.  Si contáramos con mejores fuentes de información sobre Mercia posiblemente demostrarían que durante todo este período se avanzó mucho en dirección a la consecución de la unidad de Inglaterra, si bien es probable que las divisiones políticas del país todavía fueran más marcadas que en la Galia del siglo IX, época en que ambos países fueron invadidos por los "hombres del norte".  La paradoja de estas invasiones es que, mientras en la Galia aceleraron el proceso de desintegración política, en Inglaterra sirvieron para poner a todo el país bajo un liderazgo tan decisivo como duradero.

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