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18/9/13

LA LIGA HANSEÁTICA Y EL BÁLTICO (II)

El enemigo más importante que tenía la liga era el rey de Dinamarca, puesto que él representaba la mejor opción de un gobierno alternativo para región.  Desde los tiempos de los vikingos, los principales intereses de Dinamarca se centraban en el mar. Su autoridad estaba continuamente afincada en Escania (actualmente el sur de Suecia), por lo que gozaba del poder de cerrar el Báltico o de introducirse a voluntad en el Mar del Norte para comerciar.  Para los comerciantes bálticos, como Lübeck, el acceso a los puertos de Flandes era condición indispensable para poder llevar a cabo unas actividades fructíferas.  Pese a las evidentes ventajas que reunía una sucesión dinástica regular en lo que se refiere a continuidad política, los reyes de dinamarca no consiguieron doblegar la confianza de las orgullosas ciudades de la Hansa.  Erik VI (rey 1286-1319) dominó todas las ciudades de los Wend, salvo Stralsund; Waldemar IV (rey 1340-1375) se apoderó de Escania y saqueó Wisby.  Su agresión fue la causa de que la Hansa se aliase con los suecos.  Los aliados impusieron a Waldemar la humillante paz de Stralsund (1367), que otorgó a la Hansa el monopolio de la industria de los arenques deEscania, así como libertades para la confederación de mercaderes de Colonia y poderes de interferencia política sobre la propia Dinamarca.  Para entrar en tratos con la Hansa, los daneses tuvieron que imponerse a los suecos. La hija de Waldemar, Margaret, forjó un plan para unir las coronas escandinavas, enfrentando con ello a la Hansa con un enemigo más formidable.
En el siglo XIII los pueblos escandinavos no formaban un grupo coherente natural.  En Suecia, los grandes nobles que gobernaban el país se dispersaban en diferentes direcciones según sus intereses regionales.  El tirón más poderoso estaba representado por la posibilidad de expansión en la parte oeste de Finlandia.  La frontera con los rusos se mantuvo imprecisa hasta 1323.  En aquella época suecos y noruegos estaban gobernados conjuntamente por Magnus Ericson (rey 1319-1355), ya que los noruegos se habían afincado en Escandinavia después de haber cedido las Hébridas y Man a los escoceses en 1266.  De los extensos dominios marítimos que los noruegos habían poseído en otro tiempo sólo conservaban Groenlandia. La monarquía unida de Magnus resultó de utilidad para marcar un objetivo, pese a que hasta 1397 Erik de Pomerania no consiguió realmente unir los tres reinos escandinavos bajo un mismo cetro.  La unidad, sin embargo, resultó precaria, particularmente después de la muerte de la reina Margaret, en 1412, debido a que cada reino tenía sus propias leyes.  No obstante, la amenaza de unificación política alarmó suficientemente a las ciudades de la Hansa para precipitar la reorganización de su asociación, fortalecerla y coordinar una acción política.  Se acordaron nuevas reglamentaciones que establecían una función más definida para Lübeck (1418), como también una asamblea suprema o Hansetage, que debía reunirse en Lübeck siempre que el caso lo requiriera, en la que tenían su representación casi cien miembros de la liga.  Esta nueva organización permitió a las ciudades paralizar la acción de Erik de Dinamarca en 1426.  La región minera de Suecia resultó particularmente afectada, cosa que estimuló un movimiento a favor de la independencia de Suecia.  Pese a que continuó con éxito el bloqueo contra Dinamarca, la Hansa no recuperó su antigua posición.  Mientras tanto el rey de Polonia recobró el dominio del litoral polaco de parte de los caballeros alemanes y sus ciudades, mientras que en los Países Bajos, el duque de Borgoña había fomentado la iniciativa marítima holandesa hasta el punto de que los holandeses, envalentonados, desafiaron a la Hansa en el Báltico, donde por supuesto encontraron también a aliados daneses.  Los días grandes de la Hansa ya habían terminado.

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