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10/10/13

LA ESTRUCTURA DE LA SOCIEDAD MEDIEVAL

Hasta el siglo XII la estructura política de la Europa medieval siguió siendo la derivada del imperio romano.  El poder efectivo era ejercido por reyes en los puntos extremos del continente a la manera bárbara y en los demás sitios por los propietarios más ricos, que eran los que tenían a su disposición la fuerza militar. Algunos de estos propietarios eran monasterios privilegiados y obispos, otros eran laicos.  Si eran clérigos, adquirían, ya fuera en virtud  de su educación o de su celo vocacional, otros valores añadidos a los de las aristocracias militares en las que habían nacido, aun cando todos poseían ciertas características que les venían de familia.  Los nobles laicos no recibían una educación formalizada, por lo que debían a sus antecedentes y a su crianza el hecho de haber adquirido la posición que ocupaban.  Su indiferencia a los libros hace harto difícil analizar una cuestión tan importante y equivoca como ésta.  El siglo XII, época en a que apareció una literatura vernácula aristocrática, influyó en sus maneras e hizo que adoptaran una conducta cortesana. Aparte de esto, también perpetuó otros valores tradicionales que eluden el escrutinio histórico en una fase anterior.
Parece que la sociedad bárbara estuvo dividida desde el principio en diferentes clases sociales, estableciendo diferentes valores para los individuos de cada clase, acordes con su supuesta importancia en la guerra.  Un noble era muchísimo más valioso que un simple hombre libre.  Los esclavos que no tenían derecho a llevar armas todavía tenían menos valor.  La significación del nivel de un hombre en la batalla demuestra la importancia que tenía la guerra en aquellas sociedades medievales.  En el período que nos ocupa se produjeron rápidos y radicales cambios en la manera de luchar, en primer lugar en la de desplegar las fuerzas de caballería y, al final, en la de explotar las posibilidades de los cañones y de los lanceros.  Aunque hubo adaptaciones del orden social, la convicción de la importancia del rango social no varió esencialmente.
La nobleza se veía obligada a vivir en el campo, en sus propias posesiones o en las de sus familiares.  A través de herencia, matrimonio o patronazgo, ampliaban sus posesiones y después se trasladaban de una a otra, yendo a vivir a las tierras de sus vecinos pare reunirse con sus trabajadores, consumir la producción y disfrutar de diferentes amenidades.  Los contactos que establecían con sus iguales propiciaban matrimonios favorables y de esta manera iban concentrándose de generación en generación las posesiones de diferentes señores.  Esto hacía que vieran los lazos exclusivos de la monarquía y de la nación como atropellos contra sus derechos.

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