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26/11/12

LOS MAGIARES

El cristianismo acechaba a los magiares desde cuatro untos.  En Constantinopla, dos de sus gobernantes recibieron el bautismo alrededor del 950; desde el oeste, el empuje bávaro era mantenido por razones cristianas por el obispo Pilgrim de Passau; desde el oroeste llegaban misioneros de Bohemia; a finales del siglo X llegaban otros de Italia.  El Papa concedió una corona al príncipe magiar, que fue bautizado con el nombre de Esteban y que se casó con la hermana de Enrique de Baviera (más tarde emperador).  Con el rey Esteban (1000-1038) la monarquía y la iglesia estaban organizadas en líneas carolingias.  Su centro religioso en Esztergom posiblemente albergó previamente cristianos eslavos y su capital secular Székesfehervar fue un centro ceremonial real en la nueva ruta de peregrinaciones a Jerusalén.  Los obispados húngaros se encontraban densamente situados a lo largo del curso del Danubio y en Panonia, la antigua provincia romana.  La gran llanura situada entre el Danubio y el río Tisza fue absorbida mucho más lentamente por la nueva estructura política , pero al final del siglo XI el reino se había extendido al otro lado de los ríos Drava y Sava, penetrando en Croacia, y en dirección este hasta Transilvania.
Sin embargo, desde el principio la conversión magiar había transformado el Danubio en un camino cristiano y, en 1020, terminando con ello la conquista de "Bulgaria", los griegos del sur habían llevado su frontera norte nuevamente hasta Belgrado.  Por vez primera era posible a los peregrinos moverse por tierras cristianas desde el Rhin a Constantinopla , y así comenzaron a hacerlo en gran número, movidos por el deseo de visitar Tierra Santa.  La iglesia del Santo Sepulcro, destruida por orden del califa fatimí en 1009, fue restaurada a expensas del emperador griego en 1038.  En cierto sentido, la conversión de los magiares había estabilizado la cristiandad; en otro, permitía que los cristianos, como en ningún otro momento de su historia, actuaran por su cuenta.

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